La grafología herramienta importante para la fonoaudiología, la psicopedagogía, la sociología y otras ciencias
El grafoanálisis se basa en el estudio de los trazos escriturales plasmados gracias a las órdenes cerebrales que son llevadas a través del brazo, de la mano y los dedos.
Los grafismos son los que revelan entonces los estados más profundos de la psiquis.
Se dijo en una oportunidad que “La pluma es la palanca inscriptora de la actividad cerebral, silenciosa, invisible e implacable. En el pensar humano se entretejen ideas, éstas se esculpen con palabras, la emoción las templa y la pasión las enciende”
La escritura es semejante a una huella digital, única e irrepetible.
El aporte grafológico resulta un método eficaz, rápido y verás que permite detectar el origen de las distintas patologías y chequear la evolución de los tratamientos.
Gracias a él se logra descubrir el tenor emocional que pudo haber motivado una disfunción y saber si éste está generando un grado de resistencia que impide el éxito de un procedimiento médico.
Hoy la medicina reconoce que la visión global del ser humano que tiene la Grafología se sustenta en el concepto de que la salud es el equilibrio, físico, emocional, racional y social. Este equilibrio se manifiesta claramente en el gesto gráfico y su estudio detallado coopera con amplia información acerca del proceso psico emocional en el que se encuentra una persona.
La analogía que existe con la profesión del fonoaudiólogo se sustenta en que la fonoaudiología tiene por objeto el estudio de la comunicación humana y sus desórdenes, siendo sus áreas de abordaje la audición, el habla, el lenguaje y la voz.
El lenguaje es una función superior muy compleja que emerge de la interacción entre el desarrollo del cerebro y el medio social donde se adquiere cada lengua. La organización humana del lenguaje en el cerebro se conceptualiza como una disposición en múltiples áreas interrelacionadas que trabajan de forma cooperativa, finamente coordinadas para la emisión, comprensión e integración de mensajes lingüísticos.
Los grafólogos, cuando analizan el acto de escribir, perciben si existe alguna anomalía que compromete el desarrollo neuromotor y la motricidad fina, evalúan el desarrollo intelectual, detectan problemas de constitución o desarrollo fisiológico del cerebro destinado al lenguaje, sea por malformaciones o traumatismos. También descubren el origen de los problemas de timidez, hiperactividad, complejo de inferioridad, etc. en cada caso. Los grafólogos que cuentan en su haber con la especialización en “grafoterapia” están capacitados para reeducar el gesto gráfico desde el punto de vista motor, psíquico y mental; pudiendo modificar a través de su utilización estas características de la personalidad, como así también problemas relacionados con la ansiedad, dificultades de concentración, etc.
Por todo lo expuesto se colige que el grafólogo puede unir su saber y trabajar en forma interdisciplinaria con fonoaudiólogos, psicólogos, psiquiatras, neurólogos, y terapistas ocupacionales para analizar juntos la evolución en los tratamientos de pacientes con disfonías, dislalias, disfasias, afasias, disfemias, farfulleos, etc.